Abstract

La novela Flores de un solo día (2002) ha llamado la atención de la crítica literaria académica por plasmar temáticamente el conjunto de particularidades lingüísticas de su autora. Nacida en Shreveport, al norte de Luisiana, en 1962, de madre japonesa y padre alemán-norteamericano, Anna-Kazumi Stahl eligió como patria escrituraria el español rioplatense al mudarse a Buenos Aires en 1995. Para esta escritora que habla inglés, japonés y alemán, aprender español y escribir en esta lengua ha sido enfrentarse a un "otro" que se encuentra más allá de su mando y termina por convertirse en "el mejor recurso para una creatividad más profunda" (Napier y Stahl 136). La condición de hablante no nativa genera en la autora una conciencia sobre las formas de habitar la lengua escrita que deja huellas temáticas y formales en su narrativa.

Document Type

Article

Publication Date

Fall 2014

Publisher Statement

Copyright © 2014 L’Érudit franco-espagnol. This article first appeared in L’Érudit franco-espagnol 6 (2014), 95-112.

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